Los escritores y periodistas Hernán Casciari y Miguel Wiñazki cuentan por qué los atrae. Cómo escriben ficción "en tiempo real" en internet. Por Federico Noguera (periodista, redactor de la agencia DYN, colaborador del diario Clarín), Para LA GACETA.
Así,  si hasta hace unos años comprar y leer una novela y encontrarse alguna  vez con el autor para comentársela era la única opción, de un tiempo a  esta parte muchos lectores prefieren seguir una historia de otra forma:  la blogonovela. Este género de ficción, inventado por el escritor y  periodista argentino Hernán Casciari (1971), está escrito, al igual que  otros relatos, en primera persona, “en vivo” -como la mayoría de las  breaking news o últimas noticias en los portales-, y su protagonista  “existe” fuera de la historia. Esa existencia le permite interactuar con  los usuarios a través de los comentarios que estos dejan en el blog  (término que Peter Merholz acortó del weblog, acuñado por Jorn Barger en  1997 para explicar la conjunción de web y log, que en inglés significa  diario), o -vale el oxímoron- diario íntimo público en internet, como  algunos lo denominan.
“Lo que me interesa de la fusión entre  literatura y tecnología es la concepción de una obra en directo, leída y  escrita en tiempo real, a la que he llamado blogonovela”, define el  creador en su ensayo “La ficción on line: un espectáculo en directo”,  del libro La blogósfera hispana: pioneros de la cultura digital.
Por  su parte, el periodista Miguel Wiñazki (1956), creador de El señor Babel  -su primera blogonovela, cuya trama puede leerse en Hogueras, su blog  de Clarín.com-, explica a LA GACETA: “la blogonovela es un lenguaje  compartido y abierto; una especie de teatro virtual que convoca a la  participación de los lectores. Una blogonovela es ella y sus  comentarios”.
Otra de las ventajas que Casciari -quien reside en  España desde 2000- rescata de este género de ficción en la web son las  pop ups o ventanas emergentes. Con un simple click en un hipervínculo,  el usuario -a esta altura el término lector quedó desactualizado- accede  a datos claves sobre los personajes. Claro que las ilustraciones, sean  dibujos o fotos reales, también contribuyen a describir los personajes.  Sin embargo, Casciari recuerda que este recurso “no es nuevo: existe  desde las cuevas de Altamira, en la Prehistoria”.
  Filosofía y barrio
Wiñazki,  quien además es secretario de Redacción de Clarín, explica en su blog  que El señor Babel, on line desde enero pasado, “describe los avatares  de un periplo diseñado para desenterrar en secreto el cadáver de Jorge  Luis Borges, que yace en Ginebra”. El bibliotecario jubilado Ernesto  Babel, el protagonista principal junto a El Vigía y a Beatriz, debe  recuperar entonces el cuerpo del escritor para enterrarlo en la  Biblioteca Nacional de Buenos Aires, donde el autor de El Aleph trabajó a  mediados de la década del 50.
Ese periplo -con descripciones y  escrito en un lenguaje similar al utilizado en una novela tradicional-  tiene una “hipnótica forma octogonal”, una “trampa de esa geometría  dispuesta a devorar, que magnetiza sus presas”, dice a este medio, y  agrega que, si bien ya había escrito sobre el asunto en su anterior  novela, Sobremonte, lo sedujo retomar el tema en El señor... Una  temática que pretende también ser un “viaje a través de la filosofía  -según cometa Wiñazki, quien lanzará próximamente una novela  política-policial ambientada en Avellaneda en los 30-. Es un viaje  esquemático, en el que los filósofos quedan atrapados y son devorados  por las simetrías de la conceptualización a la que sienten obligados”.  En esa dirección, el libro -cuya elaboración le demandó tres años-  también es “una crítica a la filosofía”, dice.
Con una escritura  menos compleja y más cotidiana, Casciari lanzó en 2005 la blogonovela  Más respeto, que soy tu madre, elegido ese año como el “Mejor Blog del  Mundo” por la cadena alemana Deutsche Welle. La historia gira en torno  de una familia de Mercedes (Buenos Aires), integrada por Mirta Bertotti,  un ama de casa con tres hijos adolescentes y (El Nacho, la Sofi y El  Caio), un esposo desempleado (Zacarías) y su suegro (El Nonno).
“Ubico  esta novela en mi pueblo natal; la mitad de los personajes tiene  nombres reales, y la protagonista es mi madre en un 80 %”, confiesa el  periodista, quien aborda los temas del consumo de droga y de la relación  amorosa entre un chico y una mujer mayor. En ese sentido, señala que la  trama “es bastante autorreferencial” (Casciari comentó este año en el  diario Crítica que llegó a consumir cocaína como “chancho”), aunque no  tan “autobiográfica” como los cuentos que publica en su blog Orsai.es.  “Ahí pongo mucha más carne propia en el asador”, admite el también  creador de blog de una mujer gorda, otra de sus blogonovelas, que el año  próximo será llevada al teatro por Antonio Gasalla y al cine por Carmen  Maura (con dirección de Juan José Campanella).
También ha escrito  otras dos ficciones para la web, más sintéticas y con un lenguaje  simple, como Juan Dámaso, vidente, sobre un vidente y sus extrañas  predicciones, y El diario de Letizia Ortiz, sobre las historias  personales de una periodista.
  Rompiendo distancias
Precisamente,  uno de los atractivos de la blogonovela es, según explica Casciari a LA  GACETA, que esa “historia de largo aliento, con personajes, tramas y  tensión dramática” aparezca como “posible” sin importar si resulta  “probable” o no. “Quien sea que escriba -es decir, el personaje elegido  como motor- lo hará por motivos distintos, personales, secretos”,  argumenta el blogger en su ensayo. Pero, a diferencia de esas  características de la ficción tradicional, la blogonovela se construye  “en tiempo” real. “En mi caso, improviso todo el tiempo”, apunta  Casciari, para quien el blogonovelista debe conocer, además, los  recursos de publicación en blogs. Se trata de un soporte que, explica,  le permite moverse con “comodidad”, no sólo por la facilidad para  administrar contenidos, sino también por el feedback entre el autor y  los usuarios. “La relación entre el personaje y sus lectores debe estar  viva, presente, y resultar atractiva y veloz”, describe Casciari en su  investigación.
Wiñazki coincide en ese punto. “Se trata de asumir la  necesidad de la devolución de los lectores”, dice. “Hay, a la  vez-continúa el filósofo y autor del libro La noticia deseada- algo de  folletín en la blogonovela, que es una novela por entregas. El texto  final se conoce precisamente al final. Va apareciendo progresivamente. Y  las entregas están mediadas por la participación de los receptores”.
De  hecho, esa participación ha dejado de ser la que existía antes del  surgimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación. Se ha roto esa  distancia “fría” entre el autor y el lector. De este modo, los usuarios  pasaron de una posición pasiva o receptora de las entregas o capítulos  de la ficción “para volverse -como explica Wiñazki- emisores y  comentaristas, que reescriben con sus comentarios el sentido de la  blogonovela que leen”.
Incluso no son pocos los que dejan poemas y  reflexiones en El señor Babel, algo que define la interactividad entre  autor/usuarios, usuarios/usuarios y el “potencial colaborativo” de la  web y de internet para compartir conocimiento, como afirma Cristóbal  Cobo Romaní en su libro Planeta Web 2.0, retomando así la idea de  Berners-Lee.
No obstante, Casciari, quien utiliza encuestas para  testear cómo impacta la historia en los usuarios, cree que si bien “los  lectores pueden aconsejar, o insistir en un planteo, o pedir determinada  trama, nunca pueden obligar” al escritor a realizar modificaciones.
“El  autor es el que maneja los cambios siempre. Dejarse persuadir o no  hacerlo tiene que ver con el oficio de narrar”, dispara el periodista  que este año publicó España, decí alpiste, su último libro, y que para  fin de año prepara una nueva obra de cuentos, aunque ninguna blogonovela  por ahora. © LA GACETA
La blogonovela se redacta en primera persona y, al igual que en los adelantos informativos conocidos con el nombre de "última noticia", se escriben "en vivo". Su protagonista "existe" fuera de la historia. Y esta "existencia" le permite interactuar con los visitantes del blog donde se desarrolla el relato que dejan comentarios. Son, para algunos, una especie de diarios íntimos infinitamente públicos.
www.cyonar.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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